Unidad 3

Literatura Contemporánea

lunes, 6 de diciembre de 2010

Lector Activo


Un lector activo es un lector que presta atención a la lectura y que saca conclusiones, hacer predicciones, se imagina a sí mismo como el personaje, y vuelve a leer pasajes que él / ella no entiende.
SER un lector activo Una vista previa de los lectores activos cuestión, recitar y revisar lo que leen. Good, active Bueno, activa habilidades de lectura puede ayudarle en todas sus clases. Le ayuda a hacer frente a difíciles problemas matemáticos. Le ayuda a descifrar los mapas. Le ayuda a disfrutar de un buen libro. En general, el mejor comprender lo que lee y recuerda que lo que mejor se hacer en sus clases.

Escritores Vivos y La Tradicion


La tradición oral latinoamericana, desde su pasado milenario, tuvo innumerables Iriartes, Esopos y Samaniegos que, aun sin saber leer ni escribir, transmitieron las fábulas de generación en generación y de boca en boca, hasta cuando aparecieron los compiladores de la colonia y la república, quienes, gracias al buen manejo de la pluma y el tintero, perpetuaron la memoria colectiva en las páginas de los libros impresos, pasando así de la oralidad a la escritura y salvando una rica tradición popular que, de otro modo, pudo haber sucumbido en el tiempo y el olvido.

No se sabe con certeza cuándo surgieron estas fábulas cuyos protagonistas están dotados de voz humana, mas es probable que fueron introducidos en América durante la conquista (siglo XVI), no tanto por las huestes de Hernán Cortés y Francisco Pizarro, sino, más bien, por los esclavos africanos llevados como mercancía humana, pues los folklorólogos detectaron que las fábulas de origen africano, aunque en versiones diferentes, se contaban en las minas y las plantaciones donde existieron esclavos negros; los cuales, a pesar de haber echado por la borda a los dioses de la fecundidad para evitar la multiplicación de esclavos en tierras americanas, decidieron conservar las fábulas de la tradición oral y difundirlas entre los indígenas que compartían la misma suerte del despojo y la colonización. Con el transcurso del tiempo, estas fábulas se impregnaron del folklore y los vocablos típicos de las culturas precolombinas.

Algunas fábulas de la tradición oral son prodigios de la imaginación popular, imaginación que no siempre es una aberración de la lógica, sino un modo de expresar las sensaciones y emociones del alma por medio de imágenes, emblemas y símbolos. En tanto otros, de enorme poder sugestivo y expresión lacónica, hunden sus raíces en las culturas ancestrales y son piezas claves del folklore, porque son muestras vivas de la fidelidad con que la memoria colectiva conserva el ingenio y la sabiduría popular.

El folklore es tan rico en colorido, que Gabriela Mistral estaba convencida de que la poesía infantil válida, o la única válida, era la popular y propiamente el folklore que cada pueblo tiene a mano, pues en él encontramos todo lo que necesita, como alimento, el espíritu del niño. En efecto, los niños latinoamericanos no necesitan consumir una literatura alienante y comercial llegada de Occidente, con una caravana de príncipes, hadas y gnomos, ya que les basta con oír las historias de su entorno en boca de diestros cuenteros, que a uno lo mantienen en vilo y lo ponen en trance de encanto, sin más recursos que las inflexiones de la voz, los gestos del rostro y los movimientos de las manos y el cuerpo.

Desde tiempos muy remotos, los hombres han usado el velo de la ficción o de la simbología para defender las virtudes y criticar los defectos; y, ante todo, para cuestionar a los poderes de dominación, pues la fábula, al igual que la trova en la antigua Grecia o Roma, es una suerte de venganza del esclavo dotado de ingenio y talento. Por ejemplo, el zorro y el conejo, que representan la astucia y la picardía, son dos de los personajes en torno a los cuales giran la mayor cantidad de fábulas latinoamericanas. En Perú y Bolivia se los conoce con el nombre genérico de “Cumpa Conejo y Atój Antoño”. En Colombia y Ecuador como “Tío Conejo y Tía Zorra” y en Argentina como “Don Juan el Zorro y el Conejo”.

Los personajes de las fábulas representan casi siempre figuras arquetípicas que simbolizan las virtudes y los defectos humanos, y dentro de una peculiar estructura, el malo es perfectamente malo y el bueno es inconfundiblemente bueno, y el anhelo de justicia, tan fuerte entre los niños como entre los desposeídos, desenlaza en el premio y el castigo correspondientes; más todavía, para que la moraleja y la nobleza de los diálogos adquieran mayor efecto, se ha recurrido al género de la fábula, cuyos personajes, aparte de ser los héroes de los niños latinoamericanos, no tienen nada que envidiar a los de Occidente y a los dibujos animados de Walt Disney.

En la actualidad, las fábulas de la tradición oral, que representan la lucha del débil contra el fuerte o la simple realización de una travesura, no sólo pasan a enriquecer el acervo cultural de un continente tan complejo como el latinoamericano, sino que son joyas literarias dignas de ser incluidas en antologías de literatura infantil, por cuanto la fábula es una de las formas primeras y predilectas de los niños, y los fabulistas los magos de la palabra oral y escrita.



Literatura Actual


A partir de 1975, tras la muerte de Franco, se inicio una nueva etapa de la historia de España, en la que las distintas fases de la normalización democrática y de la incorporación de España a la política europea e internacional se sucedieron con rapidez.

Desde que en 1976 se aprobara en referéndum el proyecto de reforma política promovido por Adolfo Suárez, los acontecimientos se sucedieron en lo que se llamó la “transición a la democracia”: se legalizaron los partidos políticos, se convocaron elecciones generales y se celebraron Cortes Constituyentes que dieron como fruto la Constitución española de 1978. España lograba el reconocimiento internacional como estado plenamente democrático, y el año 1985 ingresaba en la Comunidad Económica Europea como miembro de pleno derecho.

El resultado de estos acontecimientos ha sido la plena participación de España en la actividad política internacional y el rápido desarrollo de una sociedad dinámica, acorde con las nuevas tendencias de la cultura occidental.

Habitualmente se toma 1975 como punto de partida para el estudio de las manifestaciones más recientes de nuestra literatura por las importantes repercusiones que los acontecimientos históricos tuvieron en el ámbito de la cultura; pero eso no significa que la labor de los escritores sufriera una brusca transformación a partir de ese momento.

Los contactos con el extranjero y el redescubrimiento de las vanguardias revitalizan la literatura castellana. En los años 60, los escritores y escritoras comienzan a rechazar el realismo social, ensayan nuevas técnicas de expresión y cultivan todo tipo de géneros, aunque, en los últimos años, se observa un retorno a formas literarias tradicionales. La literatura hispanoamericana atraviesa una etapa de esplendor y narradores como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, influyen en la novelística española.

Asimismo, las otras lenguas peninsulares (el eusquera, el gallego, y el catalán) irán recuperando su pasado literario después de una larga época de censura. En estas décadas se multiplican los premios literarios y la participación en las ferias del libro, se inicia una etapa de gran vitalidad editorial y, en general, la vida cultural del país se enriquece.

Literatura Universal

domingo, 5 de diciembre de 2010

La historia de la Literatura contemporanea, definida habitualmente como el periodo iniciado con la Revolución Francesa (1789) hasta el presente, de modo que es tambien muy usualmente literatura moderna. No obstante es un concepto definido con criterios estetico y no tanto cronologicos, caracterizandose por los valores de originalidad y la ruptura mas que por lo de la tradición y la continuidad; de un modo similar a como se define el arte moderno o el arte contemporaneo.







LA POESIA CONTEMPORANEA


En los primeros años de posguerra hacen su aparición dos tendencias líricas contrapuestas: Poesia Arraigada, de tono clasicista e ideología conservadora, y la poesía desarraigada, en la que aparecen los autores que defienden una mayor libertad expresiva.

En los años 50, la visión crítica de los poetas desarraigados se acentúa con el auge de la poesia social, que utiliza el poemacomo un instrumento para transformar la realidad política. Contra esa utilización de la poesía reaccionaron los poetas de la generación de los 50, que entienden el poema como un medio de conocimiento.

A finales de los 60 se impone una nueva corriente, la representada por los novisimos, que realizan una lirica esteticista de carácter minoritario.

La poesia social.

De la poesia desarraigada deriva la poesia social que denuncia las desigualdades sociales y la falta de libertades politicas. La poesia empezaba a conocerse como una herramienta capaz de transformar la realidad. Los representantes mas destacados son:

Blas de Otero. Entre sus libros de poesia destacan Angel fieramente humano, Pido la paz y la palabra y Que trata de España.

José Hierro. En sus primeros libros muestra unos intereses próximos a la poesia social.


La Generación de los 50

Usa la poesia como medio de conocimiento. Son temas habituales los recuerdos de la infancia y la juventud, la amistad, eñl amor, el paso del tiempo...

Entre los componentes de ese grupo hay que destacar a Claudio Rodriguez, Jaime Gil de Biedma, José Angel Valente y Angel González.


La lírica actual.

La poesia actual presenta una diversidad de corrientes, entre las que domina la llamada poesia de la experiencia.

La poesia de la experiencia se caracteriza por la expresion de las experiencias personales, en un tono objetivo y desengañado, mediante un lenguaje de tono conloquial.

Introducción de Literatura Contemporánea Apegada a Literatura Universal

sábado, 4 de diciembre de 2010

LAS VANGUARDIAS LITERARIAS DEL SIGLO XX

El término vanguardias surge en Francia durante los años de la Primera Guerra [1914-1917]. Su origen está precisamente en el vocablo francés avant-garde, término de origen militar y político, que venía a reflejar el espíritu de lucha, de combate y de confrontación que el nuevo arte del siglo oponía frente al llamado arte decimonónico o académico.
Desde el principio, el arte vanguardista adquiere una impronta provocadora contra lo antiguo, lo naturalista o lo que se relacionara con el arte burgués. No será causalidad que todas las primeras manifestaciones de estos vanguardismos estén repletos de actos y gestos de impacto social, como expresión de un profundo rechazo a la llamada cultura burguesa. La Primera Guerra, como expresión del afán imperialista y del profundo fracaso de esa burguesía por conseguir la paz, será el período en que, junto a actitudes diversas de rechazo a la guerra, afloren todas estas manifestaciones artísticas extraordinarias con una versatilidad y agilidad desconocidas hasta entonces. Los llamados ismos se sucederán uno tras otro.

No es ninguna casualidad que el surgimiento de los vanguardismos artísticos y literarios esté relacionado íntimamente con el periodo de mayor intensidad social, ideológica, en definitiva histórica, del siglo XX: el periodo que va desde la Primera guerra del 14 al inicio de la Segunda en 1939. En esos 15 ó 20 años cuajan las experiencias del nuevo arte: unas pasarán rápidamente, otras quedarán incorporadas al arte para siempre, pero la revolución de las formas y de los contenidos se producirá, sin duda, a partir de aquellas vanguardias de los años 20.

AUGE Y CRISIS

Los vanguardismos despuntan inmediatamente antes o durante la Primera Guerra, llegan a su apogeo durante la década de los años 20, entran en crisis a partir de 1929 y desaparecerán en la década de los 30.


En esos años, los artistas vanguardistas se han enfrentado al mundo de ideas proveniente del pensamiento burgués: unos derivarán hacia el antiburguesismo de tipo fascista, como es el caso del futurismo italiano de Marinetti; otros volcarán su rebeldía en el movimiento proletario izquierdista. De esta forma, los dos grandes movimientos que marcarán el siglo XX, el fascismo-nazismo y el comunismo, serán expuestos y cantados en sus iniciales años de poder a través de una estética y unas formas vanguardistas. El caso más ilustrativo es el del surrealismo francés y su apuesta por la revolución comunista. Posteriormente serán ellos mismos perseguidos y prohibidos por los propios aparatos culturales de estado, como ocurrió en la URSS estalinista a partir de 1923 y en la Alemania nazi de 1933. En el primer caso, los poetas futuristas serán criticados a partir de la nueva estética realista y populista tras la guerra civil revolucionaria. En el segundo caso, los jerarcas nazis secuestrarán la pintura vanguardista que había caracterizado el renacer cultural alemán, considerada a partir de entonces como "arte degenerado".

La gran confrontación ideológica y militar de la década de los cuarenta y la Segunda Guerra, acabarán con los vanguardismos. Sus restos o serán enterrados o derivarán en el arte moderno cuya expresión más genuina será el arte de Estados Unidos a partir de los años 40. El trabajo de fundamentar un nuevo concepto de arte y de literatura ya estaba realizado.






1º Futurismo: el frenesí de la vida moderna

Movimiento literario y artístico surgido en Italia en el primer decenio del siglo XX. Nació con un manifiesto, y varió y fijó sus propios enunciados en una serie de manifiestos. El 20 de febrero de 1909 F.T. Marinetti ( *) publicó en París un primer Manifiesto en el que proclamó como formas de expresión del futurismo la agresividad, la temeridad, el salto mortal, la bofetada, el puñetazo.
En 1912, el mismo Marinetti, con el Manifiesto técnico de la literatura futurista, apuntó como medio específico de expresión literaria las «palabras en libertad», que eran capaces de traducir, por analogía y sugestión, los mecanismos psíquicos y el frenesí de la vida moderna. Esto comportaba la abolición de la sintaxis, de la puntuación, de las partes calificativas del discurso (adjetivos, adverbios).
Las nuevas teorías se aplicaron también a la pintura, a la música, a la escultura, al teatro e incluso a otras formas artísticas todavía por nacer, pero destinadas a nacer en el futuro.


2º DADAISMO


El movimiento Dadá surgió a la vez en Suiza y Estados Unidos en 1916. Desde Zurich se expandió hacia Alemania y hacia Francia. En París es ya el movimiento de moda en 1923. El movimiento Dadá tiene la particularidad de no ser un movimiento de rebeldía contra otra escuela anterior, sino que se funda en un cuestionamiento de todo el marco conceptual del arte y de la literatura de antes de la Primera Guerra.


3º SURREALISMO

El Surrealismo puede dar sentido por sí solo al movimiento vanguardista. La capacidad imaginativa y la sugerencia de sus construcciones mentales significaron, sin duda, una verdadera revolución en el arte posterior a la Primera Guerra.
Aunque se haya dicho muchas veces que el Surrealismo viene directamente del dadaísmo es importante destacar los orígenes autónomos y propios del primero. Lo cual no quita que tengan entre sí líneas de contacto y reflexiones comunes. Pero si el Dadá es un arte que propugna destruir, provocar el caos y aniquilar, el Surrealismo construye de veras una concepción del arte y de la vida.

Freud ejerce una influencia decisiva en el movimiento. Sus teorías acerca del mundo autónomo de los sueños, de la capacidad automática de la psiquis, del profundo y oscuro mundo interior de la mente -el subconsciente o inconsciente- aparecen como reveladoras de una nueva naturaleza del arte humano. Bretón comienza a estudiar al psicoanalista vienés ya en 1916 -tres años antes de que se
conocieran él y Tristan Tzara- y desarrollará un amplio caudal de conocimientos sobre dichas teorías.



jueves, 2 de diciembre de 2010

Antecedentes: parnasianismo y simbolismohttp://literatura2-5epo143.blogspot.com

ANTECEDENTES:


PARNASIANISMO Y SIMBOLISMO






Parnasianismo

El parnasianismo es un movimiento literario
francés de la segunda mitad del siglo XIX (ca. 1860) creado como reacción contra el Romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el socialismo artístico. Los fundadores de este movimiento fueron Théophile Gautier (1811-1872) y Leconte de Lisle (1818-1894).

La palabra es de origen griego y hace referencia a la cima del monte
Parnaso donde estaban las musas inspiradoras, que eran diosas menores.

Con respecto al parnasianismo francés se formó en el año
1866 con motivo de la publicación de tres antologías poéticas tituladas: "El Parnaso contemporáneo". Figuraban allí poemas de Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Théodore de Banville, Sully Prudhomme, Catulle Mendès, a los que se les agregaban nombres de otros poetas que la historia del arte no clasificaría como parnasianos, entre ellos se encontraba Charles Baudelaire.

El Parnasianismo surge como una antítesis del
Romanticismo y esta oposición tiene como causa lo que los parnasianos consideraban sus "excesos"; exceso de subjetivismo, hipertrofia del yo (crecimiento excesivo y anormal), exceso de sentimiento. De allí que los parnasianos preconizaran una poesía despersonalizada, alejada de los propios sentimientos y con temas que tuvieran que ver con el arte, temas de por si sugerentes, bellos, exóticos, con una marcada preferencia por la antigüedad clásica, especialmente la griega, y por el lejano Oriente.

En lo referido al estilo, los parnasianos cuidaban mucho la forma. Continente y contenido debían marchar de acuerdo. De esta manera, si los románticos demostraron una preocupación por los sentimientos, los parnasianos lo hicieron por la belleza.

El lema del parnasianismo era: el arte por el arte, arte visto como forma y no como contenido. Arte que no estuviese comprometido con la realidad social.

Las características del parnasianismo son muchas. Entre ellas podemos encontrar que representa una reacción contra el subjetivismo poético y un desprecio contra la emoción poética. El escritor parnasianista busca la perfección mediante una poesía descriptiva.

El Parnasianismo francés, tuvo una influencia decisiva en la corriente literaria
latinoamericana, el Modernismo. Siendo su principal exponente el poeta nicaragüense Rubén Darío.

Simbolismo

El Simbolismo fue uno de los movimientos artísticos más importantes de finales del siglo XIX. En Un manifeste littéraire ("Un manifiesto literario"), publicado en 1886,
Jean Moréas definió este nuevo estilo: "Enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad, la descripción objetiva" (Ennemie de l'enseignement, la déclamation, la fausse sensibilité, la description objective). La poesía simbólica busca vertir la idea de manera sensible" (la poésie symbolique cherche à vêtir l'Idée d'une forme sensible). La literatura simbolista posee intenciones metafísicas, intenta utilizar el lenguaje literario como instrumento cognoscitivo, por lo cual se encuentra impregnada de misterio y misticismo. Intentaba encontrar lo que Charles Baudelaire, gran poeta precursor de este movimiento, denominó "correspondencias", las secretas afinidades entre el mundo sensible y el mundo espiritual. Para ello utilizaban determinados mecanismos estéticos, como la sinestesia
Los representantes

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Gustave Moreau (1826-1898): gran dibujante y de gran virtuosismo técnico. Es un narrador de sueños y extrañas visiones. Su fuente de inspiración principal es la mitología.

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Odilon Redon (1840-1916): Es el más puro de los simbolistas. Representa lo mágico, lo visionario y lo fabuloso. El sueño, La Esfinge, El nacimiento de Venus, Las flores del mal, Mujer y flores.

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Pierre Puvis Chavannes (1824-1898): Es el más idealista del grupo. Utiliza tintas planas, subordinadas a un buen dibujo. El pobre pescador, Bosque sagrado, Musas inspiradoras.

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Carlos Schwabe: es un pintor de gran imaginación para plasmar imágenes oníricas. Es precursor del modernismo. Spleen e ideal, La boda del poeta y la musa.

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Leon Spilliaert: La travesía

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Edward Robert Huget: Un idilio de sueño.

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Herbert James Draper: Lamento de Ícaro.

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Franz von Stuck: El pecado.